Resum
Introducción: La formación universitaria posgraduada difiere de la formación de grado no solo en el nivel de especialización en el área en la que se centra sino también y sobre todo en el carácter práctico con que se pretende propiciar la adquisición de habilidades y competencias. Tras acabar la carrera, los egresados escogen realizar un máster porque a pesar de contar con los conocimientos básicos necesarios no se perciben lo suficientemente autoeficaces para poner en práctica lo aprendido. La formación posgraduada, por tanto, más allá de su función de actualización y especialización de conocimientos debe asegurar el dominio de las destrezas necesarias para hacer que los profesionales puedan iniciar su desempeño profesional sintiéndose competentes. La experiencia que hemos llevado a cabo tiene como principal objetivo mejorar la formación práctica de los alumnos de posgrado en el campo de la educación afectivo-sexual. Método: Tras una formación especializada en la que se ofrecen recursos de intervención para trabajar con diferentes colectivos (padres, jóvenes en riesgo social, personas mayores, profesionales del sexo, adolescentes, discapacitados intelectuales y/o físicos, etc.) con diferentes objetivos (proporcionar habilidades para la prevención de la infección por VIH, mejorar la calidad de vida mejorando la salud sexual, prevención de la homofobia, prevención del sexting, etc.) los estudiantes por grupos diseñan programas de prevención/intervención y ponen en práctica en clase sus habilidades en el marco de un taller del programa perfeccionando su competencia a partir de los comentarios críticos del grupo. Resultados: La aplicación de esta metodología ha contribuido a incrementar significativamente la percepción de autoeficacia no solo en cuanto a las competencias sino también en cuanto a los conocimientos y recursos. Conclusiones: Esta experiencia de innovación se muestra útil para proporcionar práctica variada de numerosas habilidades en diferentes colectivos y con distintos objetivos.