Resumen
En 1887, sólo cinco años después de su estreno, Nietzsche se preguntaba en La genealogía de la moral
“¿qué le importaba a Wagner aquella varonil (ay, tan poco varonil) ‘candidez campesina’, aquel pobre
diablo, aquel agreste muchacho llamado Parsifal?”. Desde entonces, no han sido pocas las voces que
han señalado –con indisimulada malignidad– la ambigüedad sexual que envuelve este controvertido
título. Los numerosos cabos sueltos en torno a esta cuestión nos permiten plantear al lector la
pregunta anterior de otro modo: ¿Pudo realmente concebir Wagner un Parsifal gay? Abordaremos
este complejo pero apasionante tema como aperitivo para el montaje de Herzog/Maazel que
tendremos ocasión de degustar en el Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia.