Resum
Desde el punto de vista demográfico, el sector merece interés en tanto de cada 1000 mujeres mayores de 15 años residentes en Asturias, 3,6 se dedican a la prostitución, lo cual representa el 1,2% de la población femenina ocupada y el 1,6% de las mujeres que trabajan en el sector servicios. Desde el punto de vista económico, la prostitución ha movido en Asturias durante el último año alrededor de 6.820.800.000 pts., lo cual representa una media de gasto anual en prostitución por varón mayor de 15 años de 16.250 pts. Contrariamente a lo que se expresa en la mayor parte de la literatura sociológica, y de lo que suele llamar la atención de los medios de comunicación, en términos generales, las condiciones de vida y de trabajo de las prostitutas no son dramáticas. Esto es así en tanto observarnos el colectivo en su conjunto, y no identificarnos la globalidad del mismo con las prostitutas de calle, sector minoritario (en Asturias 6,5%) y en claro retroceso. Su media de ingresos es equiparable a la de los ejecutivos de 2º nivel, con menor carga de trabajo que éstos, y multiplica varias veces la media de salarios femeninos. También en términos generales, el nivel cultural no es excesivamente bajo y sus condiciones de vivienda son aceptables. Para la mayoría de ellas, la jornada laboral es equiparable a la mayoría de los trabajadores/as. Las que trabajan en locales suelen recibir un trato adecuado y estos locales cumplen, en su mayoría, condiciones estructurales e higiénicas totalmente, es en la actualidad relativamente reducido. Todo lo anterior no permite dramatizar su situación, lo cual no es óbice para que se constaten problemas generales, algunos de ellos muy graves, y la existencia de un sector de ellas en condiciones de extrema precariedad. De estos problemas, los más graves y los menos graves, muchos no provienen tanto de dedicarse a la prostitución, como de la pertenencia a un género, a un origen, y/o a una situación social determinada. El primer problema de tipo general, del que derivan muchos otros, es la discriminación en la consideración social atribuida a su actividad, o la consistente en tener que ocultar su actividad para evitar la discriminación. Otro problema es que, en función de lo anterior, su oficio sea reconocido de hecho pero no de derecho, con lo que supone de indefensión ante problemas laborales y de falta de acceso a la Seguridad Social.
Quizás el problema más grave sea el de sus hijos, en muchos casos en condiciones de cuidado deficiente o abandono. También hay que señalar la falta de apoyos afectivos y efectivos. Importantes son también los vacíos de cultura sanitaria, especialmente en lo que hace referencia al control de los embarazos y a las enfermedades de transmisión sexual. Aunque minoritarios, no por ello menos merecedores de atención, son los problemas de las menores, las callejeras, las extranjeras, las consumidoras de heroína, las viejas y las retiradas, sectores en los cuales se producen las situaciones de mayor desventaja en todos los aspectos.
Como problema en ascenso destaca el de las extranjeras, que ya en la actualidad, representan más de la quinta parte del total de las prostitutas de Asturias. La mayoría procedentes del llamado Tercer Mundo, a las que se les irán uniendo las del este europeo. Traficadas por mafias, viven y trabajan en toda Europa en condiciones similares a las de principio de siglo, prácticamente secuestradas, sometidas al proxenetismo más estricto y discriminadas por las prostitutas blancas. Con el endurecimiento de las políticas de inmigración y las leyes de extranjería en toda la CE, la subsiguiente clandestinidad puede favorecer todavía más la agudización de la explotación de estas mujeres.