Resum
Venden su cuerpo por dinero. No hacen la calle, y por eso lo de chaperos no les suena muy bien. A veces, más que una polla, sus clientes buscan una noche de conversación y entendimiento. Lejos del estereotipo que los pinta siempre jóvenes, musculados y guapos, existen escorts para todos los gustos. Sí, para el tuyo también: por lo mismo que te cuesta una noche de marcha, tienes a tu alcance sexo del bueno con el hombre de tus sueños. ¿De verdad que nunca pagarías por follar? Piénsatelo dos veces.