Resum
El presente texto reflexiona sobre la necesidad de incluir pedagogías críticas en el aula que permitan ofrecer nuevos referentes con los que construir identidades alternativas a la impuesta por el sistema heteropatriarcal. El feminismo posibilita la aparición de los estudios de género, base que ha permitido articular los discursos sobre las identidades sexuales y la teoría queer, que visibilizan a aquellas identidades estigmatizadas, dentro y fuera de las aulas, por no ajustarse al orden normativo, y proponen una serie de estrategias de recuperación y análisis de la historia de la literatura incorporando la mirada de los escritores/as homosexuales y, en general, al colectivo LGTBI. Si bien estos estudios se circunscriben al ámbito universitario, es necesario que las aportaciones de estas investigaciones tengan su correlato en la educación formal no solo para recuperar sus nombres y comprender sus obras, sino también para normalizar su inclusión, presentarlos como mecanismos paradigmáticos y, así, poder completar y visibilizar esa historia que no ha sido contada. El objetivo es apostar por un currículum abierto y flexivo, y la literatura, como medio de expresión y comunicación, se convierte en una herramienta idónea en la que dar cabida a la diversidad sexual y ofrecer modelos de identificación.