Resumen
Por varios años, Cristina y su hijo se enfrentaron a retos diarios como que en la escuela no se burlaran de él porque al momento de pasar lista en el salón de clases, él tenía que responder “presente” cuando se mencionaba el nombre de una mujer y sus compañeros comenzaban a reírse. O, a veces, le impidieran el paso al plantel educativo porque en su credencial, estaba asentado su nombre de mujer, junto a su foto de hombre, y muchas veces le decían que no era la misma persona. Incluso, en algún momento, le negaron la entrada a un examen, y en alguna ocasión, al baño para varones.