Resumen
Antecedentes. La pubertad es un momento decisivo en la vida humana y su alteración podría estar asociada con problemas de salud. Existen pocos estudios que hayan evaluado la maduración sexual en España. La cohorte INMA-Valencia permite el estudio y seguimiento del desarrollo puberal en una muestra representativa de población española. Objetivos. Estudiar: el desarrollo puberal en 80 chicas y 58 chicos (edad M: 10,9 [SD: 0,33] años, visita en proceso) y la concordancia entre la evaluación de enfermeras, padres/madres y chicos/as
Metodos:
Descriptivo de la evaluación del desarrollo mamario (DM), genital (DG) y vello púbico (VP) mediante los Estadios de Tanner (del 1=prepuberal al 5=postpuberal), evaluado según enfermeras. Análisis de correlación entre evaluadores (enfermeras, padres/madres y chicos/as) usando el Test Kappa
Resultados:
En la evaluación realizada por las enfermeras, el porcentaje de chicas que se encontraban en los estadios Tanner=1, Tanner=2, Tanner=3 y Tanner?4 fue: 19, 36, 36 y 9% para DM y 15, 36, 26 y 23% para VP, respectivamente. La concordancia entre enfermeras y padres/madres fue para DM:0,75 y VP:0,76 (“fuerza considerable” en ambos); y entre enfermeras y chicas fue para DM:0,37 (“fuerza aceptable”) y VP:0,43 (“fuerza moderada”) (p<0,001, en todos los casos). En chicos, la prevalencia en Tanner=1, Tanner=2 y Tanner?3 fue: 26, 53 y 21% para DG y 72, 26 y 2% para VP. La concordancia entre enfermeras y padres/madres fue para DG:0,47 (“fuerza moderada”) y VP:0,63 (“fuerza considerable”) (p<0,001) y entre enfermeras y chicos fue para DG:0,29 (“fuerza aceptable”, p=0,008) y VP:0,09 (“fuerza leve”, p=0,037)
Conclusiones:
A los 11 años, las chicas tenían un desarrollo puberal más avanzado que los chicos. Un porcentaje similar de chicas habían iniciado la pubertad (Tanner>1) para ambos caracteres sexuales secundarios. Para el caso de los chicos, un alto porcentaje estaba todavía en un estadío prepuberal con respecto al desarrollo de vello púbico. Considerando la evaluación por personal sanitario como “gold standard”, parece más fiable la evaluación puberal por padres/madres que por los propios preadolescentes a la edad de 11 años ya que la concordancia fue mayor entre enfermeras y padres/madres que entre éstas y los/as chicos/as. Respecto a las diferencias entre sexos, la concordancia entre evaluadores fue menor en chicos