Resumen
Resultados: Todos los participantes conocían las píldoras de anticoncepción de emergencia y confirmaron tener experiencia en su venta. La gran mayoría las vendía al menos una vez por semana (92%), usualmente sin receta (97% de ellos). De los participantes que estaban conscientes de que dichas píldoras deben tomarse después de la relación sexual, el 45% sabía que las píldoras pueden tomarse hasta tres días después; ningún participante sabía que las puede tomar hasta cinco días después. Más de una tercera parte del total de personas entrevistadas (39%) pensaba que las píldoras pueden inducir el aborto; y la mayoría sobreestimaba los efectos secundarios y las contraindicaciones a su uso. Grandes mayorías creían que la disponibilidad de la anticoncepción de emergencia alienta las conductas sexuales de riesgo (82%), aumenta la transmisión del VIH y otras ITS (76%) y desalienta el uso de métodos anticonceptivos regulares (75%). Sesenta y tres participantes (68%) pensaban que la anticoncepción de emergencia es necesaria para reducir los embarazos no deseados y no planeados; 65% estaba de acuerdo en proporcionarlas a todas las mujeres que las necesitaran, aunque solamente 13% las proporcionaría a menores de edad. Conclusiones: El personal de farmacias en Managua frecuentemente expende píldoras de anticoncepción de emergencia, pero necesita capacitación adicional para que aconsejen con exactitud a las mujeres acerca del método.