Resumen
Las familias de menores transexuales han encontrado en el asociacionismo la respuesta a las dificultades que genera afrontar la transexualidad de sus hijas e hijos, en una sociedad basada en unos estereotipos culturales rígidos y cisexistas, “tiranos” con la transexualidad y que han patologizado a las personas cuya identidad sexual no coincide con el sexo asignado al nacer. Además, el tratamiento dado tradicionalmente por los medios de comunicación a la transexualidad, tampoco ayuda a que las familias respalden las peticiones que les hacen los menores transexuales. En ese contexto, el acogimiento, acompañamiento y recursos ofrecidos por Chrysallis son claves para el “empoderamiento” de las familias, y para que éstas sean capaces de defender el derecho a la identidad de género autopercibida por sus hijas e hijos, sin cuyo respeto se menoscaba su dignidad humana, su derecho al libre desarrollo de su personalidad conforme a su identidad sexual y su derecho a la vida privada sin injerencias injustificadas. (Extraído del documento)