Resumen
Las TICs han favorecido el consumo de pornografía en las últimas décadas. Algunas plataformas dedicadas a proporcionar este tipo de productos reciben millones de visitas diariamente (Pornhub, 2019). Pese a su uso generalizado, se siguen debatiendo las implicaciones del consumo sobre la salud sexual. El objetivo del presente estudio fue analizar la relación entre el consumo de pornografía y la función sexual masculina y femenina. Se administró a 115 participantes (57 hombres y 58 mujeres) de entre 18 y 50 años la Escala de Consumo Problemático de Pornografía (Böthe et al., 2018) traducida ad hoc y la adaptación del Índice Internacional de Función Eréctil y del Índice de Función Sexual Femenina, realizadas por el grupo Salusex. En el caso de la función sexual masculina, se encontró una correlación estadísticamente significativa negativa entre las puntuaciones de consumo de pornografía y el factor Función eréctil (Rho=-.378, p=.018), Satisfacción con el coito (Rho=-.261, p=.050) y Función sexual total (Rho=-.442, p=.005). También se obtuvo una correlación estadísticamente significativa negativa con el factor Satisfacción en el caso de las mujeres (Rho=-.370, p=.005). Cuanto mayor es el consumo de pornografía, menores son las puntuaciones en algunas de las áreas de la función sexual y viceversa. Aunque se trata de un estudio correlacional y no podemos concluir relación de causalidad, el consumo de pornografía podría afectar a la función sexual y hacerlo de manera diferencial dependiendo del género. Por tanto, los problemas sexuales posiblemente derivados de este consumo deben tratarse desde un enfoque de género. Convendría seguir investigando qué aspectos del consumo de pornografía pueden estar influyendo en qué dimensiones de la función sexual y, sobre todo, indagar en la dirección de la relación, ya que también podría ocurrir que personas con problemas en su función sexual recurriesen a la pornografía para intentar mejorarla o compensarla.