Resumen
Las personas con diversidad mental se encuentran en el camino de la conquista de los
derechos políticos, civiles y sociales, como ciudadanos de pleno derecho. Dentro de estas
conquistas de cuotas de autonomía, se siguen encontrando con la dificultad de este colectivo en el
acceso del ejercicio de su sexualidad.
Históricamente la sexualidad, en nuestra cultura más próxima, se ha trasformado en un acto
relegado a una esfera íntima, que es un tabú social, en la que la concepción del deseo sexual se ha
monopolizado desde la visión patriarcal y heterocéntrica. Es por ello que en la presente ponencia se
presenta el derecho al ejercicio de la sexualidad de las personas con diversidad mental como un
derecho fundamental, que se haya relacionado como una necesidad básica humana a satisfacer para
el desarrollo personal de cada individuo o lo que es lo mismo con la subjetividad individual. Es por
ello que se presentan los temores, situaciones de maltrato y de discriminación de las personas con
diversidad mental en el acceso de su sexualidad. De ahí, se extrae que los/ las profesionales deben
ser conscientes de este tipo de realidades para facilitar el reconocimiento personal de las personas y
su sexualidad, haciéndoles partícipes de las decisiones que conciernan a este colectivo. Fomentando
la accesibilidad de los bienes y servicios existentes y la creación de programas que estén adecuados a
sus necesidades. Esta tarea se podrá llevar a cabo mediante la participación ciudadana en la
búsqueda de nuevas formas de acción y la preservación de las peculiaridades de cada individuo, para
preservar su identidad frente a la homogeneización de las intervenciones dominantes.
Para acabar argumentando en torno a la concepción del derecho al acceso de la sexualidad para
aquellas personas que por su diversidad mental como un derecho fundamental ligado a la dignidad
humana.