Resumen
El presente artículo trata de la necesidad, por parte de las sociedades humanas, de “reiventar” la heterosexualidad, ya que, considerado únicamente en cuanto a su biología, el ser humano se encuentra básicamente dessexualizado. Carecemos de instintos asociados a la reproducción, y también de lo que actualmente conocemos como impulsos sexuales. Por ello, todo ser humano es potencialmente bisexual, es decir, posee la capacidad de relacionar-se sexualmente con personas de cualquier sexo. No existe pauta instintiva alguna que lleve a los humanos a acercarse a un sexo y alejarse del otro. De hecho, se puede constatar la ausencia de preocupaciones sexuales (instintos, pulsiones o deseos), a menos que la sociedad los imponga de alguna manera. Las sociedades humanas deben reinstaurar la necesidad de reproducirse, y la pulsión y el deseo sexuales como medio para ello. Aquí se analizan someramente diversos mecanismos socioculturales de heterosexualización, desde la inscripción de la diferencia sexual en los cuerpos (previamente sometidos a un dimorfismo sexual que cabe investigar desde el punto de vista de la evolución de nuestra especie), hasta la generación y manipulación de emociones como el asco. También se habla de las consecuencias de dichos procesos, claramente visibles en sociedades heterosexistas como la nuestra. Por último, nos preguntamos, a la luz de la comprensión actual sobre la diversidad sexual humana, si es realmente necesario seguir construyendo sociedades e instituciones basadas
88en la heterosexualidad exclusiva, en detrimento del desarrollo de las capacidades polisexuales humanas.