Resumen
¿Cómo definimos la sexualidad? ¿Y la sexualidad de las personas con diversidad funcional? ¿Los profesionales del ámbito socioeducativo también reproducimos ciertos estereotipos sobre la sexualidad de las personas con diversidad funcional? Va siendo hora de mostrar los cuerpos con diversidad funcional como cuerpos deseantes y deseables. Hablemos de la erótica y autoerótica, del deseo, del placer, de la diversidad corporal... ¡Hablemos! Verbalizarlo para visibilizarlo y hacer de sus realidades una estrategia política para crear referentes y transformar el imaginario colectivo. ¿Cómo? Ofreciendo información de interés a las necesidades e intereses reales de las personas con y sin diversidad funcional. Una educación sexual que vaya más allá de la prevención de daños, ETS y embarazos no deseados, y hable del placer y de las relaciones sin tabúes, normalizando la sexualidad de todos y de todas. Una educación sexual que tenga como antecedente la defensa de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de las personas. Una educación sexual que respete la diversidad en sus 360 grados: identidades y expresiones de género, orientaciones sexuales, diferentes prácticas sexuales y relacionales, diversidad corporal... Una educación sexual no centrada exclusivamente en el coito, los genitales o el orgasmo. Una educación sexual que nos haga entender y disfrutar de nuestra sexualidad en privado o con la o las personas que escojamos de forma libre y consensuada. En definitiva, apostemos desde el ámbito educativo por una educación sexual de calidad donde ponga como eje central a la persona, desde una perspectiva integral y de género.