Resumen
Habían pasado diez años desde
que Pier Paolo Pasolini irrumpiera
en el panorama cinematográfico
italiano como realizador con
Accattone (1961), hasta que dio el
golpe de lo que él mismo llamaría
Trilogía de la vida, iniciada en 1971
con El Decamerón y seguida por Los
cuentos de Canterbury (1972) y La
flor de las mil y una noches (1974).
Hoy, a 40 años de la última puntada
de ese tríptico y del brutal asesinato
del director-poeta-periodista, es buena ocasión para reflexionar sobre
las tres películas.