Resumen
Esta historia habla del homoerotismo en Colombia entre 1936 y 1980, cuando estuvo vigente el delito de acceso carnal homosexual. La investigación parte de la categoría de género para el análisis y a partir de ahí considera que entre homoerotismo y heterosexualidad hay una relación de subordinación fundamentada en la naturalización del binarismo hombre-masculino y mujer-femenina. La metodología utilizada constata y confronta símbolos culturales, conceptos normativos y la institucionalidad que sostiene el orden heteronormal, con la existencia de diversas subjetividades homoeróticas entre las cuales sobresalen las travestis. La hipótesis es que en Colombia existió a lo largo del siglo XX un considerable margen de tolerancia legal ante el homoerotismo, debido a que el homosexual era un sujeto medicalizado que no se podía castigar y a que los sujetos-objetos resistieron por la necesidad de existir. El saber médico psiquiátrico buscó explicaciones que generaron estereotipos de homoerotismo según la normalidad heterosexual y en ese proceso se creó una taxonomía de los sujetos que los promovió como "dañados" y "volteados", o "locas" y "cacorros", aunque esto también sirvió para visibilizar a una gran diversidad que se reconoce en el homoerotismo, definida como formas de amar, desear y existir. En esta historia se logra descartar la noción de sujetos victimizados por la homofobia, desplegando diversas resistencias expresadas desde las diversas corporalidades que precedieron a los discursos de derechos.