Resumen
El trabajo analiza el surgimiento del movimiento de defensa de la asexualidad como cuarta orientación sexual (a añadir a la homo, la hetero y la bi-sexualidad) desde el marco teórico de la acción social como acción simbólica, cultural, un enfoque que permite explorar sus relaciones con otros procesos de desafiliación, no sólo de las identidades sexuales tradicionales, sino también de otros valores e instituciones, que afectan desde los ámbitos más privados (familia y redes primarias) hasta los más públicos o explícitamente políticos. En lo que concierne, no sólo al momento de su aparición, sino a sus propias lógicas internas, la pérdida del valor simbólico de la sexualidad puede ponerse en relación con otros fenómenos paralelos, como la disminución de la importancia de la sangre a la hora de construir lazos familiares o la desafección de la ciudadanía con respecto a determinadas formas de la política tradicional: todos ellos forman parte de lo que Touraine definió como el proyecto de recomposición de lo social y de la experiencia personal. Un proyecto cuyo espíritu hoy se multiplica y diversifica a través de las posibilidades que ofrece el universo virtual y de los nuevos modelos de relaciones -y de subjetividades- que parecen perfilarse en sus redes sociales.