Resumen
No hay ningún lugar en el mundo donde participen más hombres que mujeres en la anticoncepción. A medida que se ha ampliado en el ámbito internacional la disponibilidad de métodos anticonceptivos
altamente efectivos para mujeres, y que en las últimas décadas las mujeres se han convertido en el objetivo crucial de las campañas de planificación familiar, las decisiones sobre el control de la natalidad
ocurren cada vez más en una cultura anticonceptiva femenina. Se ha marginado involuntariamente a los hombres de la responsabilidad para prevenir el embarazo y en ello han estado involucradas la
industria farmacéutica trasnacional, los organismos nacionales de planificación familiar, las instituciones religiosas y los organismos y fundaciones de ayuda multilateral. En Oaxaca, la baja tasa de participación masculina en la anticoncepción está determinada por las estructuras e ideologías globales articuladas en la premisa, legitimada por tópicos biológicos inadecuados, de que la sexualidad masculina y la femenina son dicotómicas. (Extraído del documento)