Resumen
El Marqués encarna un caso, como señaló Octavio Paz en Un más allá erótico: Sade. Amoral, desenfrenado
en la escritura para saciar lo que no podía cumplir en la vida real, impugna todo principio de consideración
y a la vez goza la libertad que implica ultrajar al otro. Su nombre devino epónimo al propiciar
un sustantivo, sadismo, la perversión de quien se excita a partir de la crueldad con sus víctimas.
Este ensayo revisa tanto el costado literario como el personal del enfermo mayor: Donatien Alphonse François.