Resumen
La presencia de disfunciones sexuales, así como una baja satisfacción genital (Schick, Calabrese, Rima y Zucker, 2010), pueden repercutir negativamente en la satisfacción sexual y en la calidad de vida de las personas (Lindau y Gavrilova, 2010; Sánchez-Fuentes, Santos-Iglesias y Sierra, 2014). Sin embargo, estos aspectos de la sexualidad no siempre han sido atendidos de una forma integral y rigurosa. Por todo lo anterior, los objetivos del estudio son: analizar las prevalencias de las diferentes disfunciones sexuales en población joven y, por otra parte, examinar la relación entre ocurrencia de disfunción sexual y la satisfacción sexual, genital y calidad de vida. Dentro del Programa UJI Hàbitat Saludable, 1264 jóvenes de entre 18 y 25 años (66,8% mujeres y 33,2% hombres) respondieron a un cuestionario sobre sexualidad y estilos de vida saludables: ¿En qué medida consideras que tus relaciones sexuales son satisfactorias? Debiendo contestar «nada», «poco», «bastante» o «mucho». ¿En qué medida te sientes satisfecho/a con tus genitales? «Nada», «poco», «bastante» o «mucho». Indica cómo consideras que es tu calidad de vida en general: «Muy mala», «mala», «regular», «buena» o «muy buena». ¿Alguna vez has experimentado un problema con tu respuesta sexual? «Sí» o «No». En caso afirmativo, ¿cuál de ellos? Bajo deseo sexual, eyaculación retardada, dispareunia, problemas de lubricación, problemas sexuales relacionados con consumo de fármacos u otras sustancias, problemas de orgasmo, eyaculación precoz, vaginismo o dificultades de erección. El 19,6% de los hombres y el 17,8% de las mujeres han informado haber tenido algún problema sexual a lo largo de su vida. En hombres (ver Figura 1), los problemas más prevalentes son las dificultades de erección (67,9%), el bajo deseo sexual (44,4%) y la eyaculación retardada (32,1%); en cambio, en las mujeres (ver Figura 2), son más frecuentes el bajo deseo sexual (55,4%), dificultades en el orgasmo (50%) y la falta de lubricación (49,3%). En cuanto a las correlaciones, una mayor satisfacción sexual se relaciona con una mayor calidad de vida (Rho=0,237; p=0,001) y una mayor satisfacción con los propios genitales (Rho=0,178; p=0,001). Del mismo modo, satisfacción sexual y genital también guardan una relación positiva (Rho=0,356; p=0,001). En cambio, en ninguna de las variables anteriores se observaron diferencias estadísticamente significativas entre las personas que habían indicado tener un problema sexual y aquellas que no. Un porcentaje importante de población joven experimenta dificultades sexuales que pueden interferir en la vivencia de la sexualidad (Sánchez-Fuentes, Santos-Iglesias y Sierra, 2014). No obstante, la satisfacción sexual y genital, y la calidad de vida no cambia significativamente en las personas que informan problemas en alguna de las fases de la respuesta sexual. Posiblemente se deba a que en nuestro estudio se preguntaba por problemas sexuales en el pasado y, en la actualidad, podrían no estar presentes. Del mismo modo, hombres y mujeres muestran diferentes prevalencias en el tipo de problemas sexuales (Sánchez, Carreño, Martínez y Gómez, 2005). Sería necesario abordar de manera más exhaustiva esta problemática con el fin de realizar programas de promoción de salud sexual acordes a esta realidad.