Resumen
El fenómeno de violencia cotidiana en contra de las minorías sexuales ha sido por largo tiempo algo muy inquietante en Brasil. Tan sólo en 2017 el Grupo Gay de Bahía contabilizaba 445 homicidios por homofobia en ese país. Desde la llegada al poder de Jair Bolsonaro, un presidente ultraderechista, todo indica que la ola de crímenes de odio bien podría incrementarse de modo exponencial. El mandatario ha mantenido, con mínimas variaciones, un discurso racista y abiertamente homófobo sin ser jamás penalmente sancionado por ello. Eso ha hecho que muchos de sus seguidores se sientan legitimados para lanzar vociferaciones de desprecio e instrumentar acciones violentas hacia personas afrodescendientes, mujeres y homosexuales.