Resumen
La autora del artículo analiza algunos discursos y prácticas sociales de funcionarios 'intervinientes' sociales: trabajadoras sociales y psicólogas, que trabajan en programas de atención psicosocial, los cuales reciben a mujeres negras desterradas provenientes del Pacifico que llegan a Bogotá huyendo del conflicto armado interno. Se enfoca de manera particular en los supuestos subyacentes de dos tipos de talleres que dichos programas ofrecen: los de salud sexual y reproductiva, y los de fortalecimiento cultural. Desde allí muestra cómo los discursos y prácticas que contienen estos talleres dibujan dos maneras contradictorias para valorar la presencia étnico-racial negra en el país. Dichos talleres configuran núcleos persistentes de representación de esta otredad y de creación de distancias sociales que alimentan las asimetrías en las relaciones étnico-raciales con la gente negra.