Resumen
La educación afectivo-sexual de la población joven requiere la inclusión de variables actitudinales que
comprendan, además de conocimientos, aquellas valoraciones, afectos y habilidades que posibilitan
el desarrollo de una salud sexual integral. Para ello resulta necesario que el espacio de enseñanzaaprendizaje,
se integre en distintos contextos formativos, a partir de un marco de participación activa
que posibilite desarrollar un aprendizaje comprehensivo. De esta forma, se facilita la generalización de
lo aprendido a los contextos cotidianos y su incorporación a los estilos de vida. En este marco, la Unidad
de Investigación sobre Sexualidad y Sida (Salusex-Unisexsida) de la Universitat Jaume I contempla,
entre sus líneas de trabajo, un programa educativo que persigue mejorar la formación en el ámbito de la
sexualidad humana entre los jóvenes. Una parte del programa introduce el ámbito de la sexualidad, de
manera transversal, en asignaturas incluidas en el pensum académico formal. Por ejemplo, incorporando
en la asignatura de Lenguaje Publicitario, la realización de campañas preventivas de riesgos asociados a
la sexualidad. Otra parte, se centra en crear espacios de educación no formal (en grupos reducidos o en
foros abiertos) en los que a través de dinámicas participativas y creativas, fomentan actitudes y habilidades
saludables. Por ejemplo, exposiciones gráficas, teatro en la calle o concursos de relatos. Además,
dada la eficacia que la educación entre pares ha demostrado, se integra la participación activa de jóvenes
formados como agentes de salud que contribuyen a aumentar su eficacia. Como resultado, el programa
ha posibilitado que más de 5000 jóvenes se involucren en las actividades, mejorando sus conocimientos,
actitudes y habilidades, lo que redunda en su salud sexual. Así pues, parece evidente la necesidad de
crear y fortalecer espacios de enseñanza-aprendizaje en el contexto universitario para mejorar la salud
sexual de los jóvenes.