Resum
Se está llevando a cabo un experimento antropológico, con aplicación de biotecnología,
iniciado sin garantía de éxito. Puede sintetizarse en la idea cultural de
superación de los dos sexos biológicos. Sin embargo, es un hecho que el sexo corporal
está determinado en la herencia recibida a nivel del par de cromosomas sexuales XX
o XY. Los órganos gónadas y cerebro, al igual que las estructuras secundarias sexuales,
«tienen» sexo. Los experimentos de la biotecnología con roedores para conseguir
gametos in vitro desde células inmaduras de macho o de hembra, o cambiar el tipo de
gameto que genera un organismo macho, o a la inversa, no ha dado resultados, que
pudieran extrapolarse a humanos. Hoy por hoy, transmitir la propia vida de forma
independiente de la identidad biológica corporal es mera ciencia ficción. El desarrollo
armónico, que aporta y mantiene la identidad personal, permite que coincida el sexo
cerebral y psicológico con el corporal. Las personas transexuales se sienten del sexo
opuesto al de su cuerpo. La causa, que es genética, hace que en la etapa prenatal de
la vida el cerebro esté expuesto a un exceso de esteroides. Investigaciones recientes
sugieren una disfunción en la percepción cerebral del propio cuerpo, que no es una
simple cuestión de preferencia dependiente del entorno social o del aprendizaje. Por
ello, se debate que la armonía psique/corporalidad se alcance con las intervenciones quirúrgicas y los tratamientos hormonales que cambian el sexo genital y los caracteres
sexuales secundarios. Existen, además, personas con condición intersexual, de origen
genético, con un trastorno del desarrollo gonadal –«ovotesticular»–, que presentan ambigüedad
en las estructuras gonadales y en los genitales. Se trata de una malformación
que no conlleva efectos cerebrales, ni transexualismo. Los investigadores recomiendan
no tener prisa en asignarles desde el nacimiento un sexo, de forma arbitraria.