Resum
Se da por hecho, bajo una concepción victimista, que las relaciones sociales que establecen las trabajadoras sexuales siempre son asimétricas e impuestas por los demás actores que intervienen en la prostitución. Sin embargo, las relaciones de poder que se establecen en el ámbito de la prostitución funcionan como en cualquier otro ámbito social. Las trabajadoras sexuales diseñan y llevan a cabo todo tipo de estrategias y resistencias para obtener el mayor beneficio en las relaciones de poder que establecen con sus clientes. La seducción, la selección y la elección de los clientes, junto a la experiencia y el saber acumulado, empodera a las trabajadoras sexuales para la negociación y la consecución de sus objetivos, conformando una imagen que pone de manifiesto que las trabajadoras sexuales tienen mucho más poder del que se les atribuye.